Etiqueta: libros

  • Los libros que leí en 2015

    Los libros que leí en 2015

    Esta es la foto de los libros que leí durante mi 2015. Hace un año me propuse leer bastante y este es el resultado. Me dediqué sobre todo a libros físicos. No se incluyen aquí los digitales, ni los que pedí prestado en la biblioteca, pero los menciono en el listado. Al final creo que es un muy buen ejercicio este de mantenerse leyendo constantemente.

    Los libros

    De arriba a abajo y de izquierda a derecha:

    • Internet y el futuro de la democracia. Busqué algo de Daniel Innenarity y salió este post.
    • Vigilar y castigar, de Michel Foucault. Me quedé esperando la respuesta de @Medejean en este otro post sobre la transparencia absoluta como trampa.
    • Lo que hacen los mejores profesores universitarios, de Ken Bain. Para incorporar buenas prácticas a mi labor docente. Conclusión: Escucha a tus estudiantes, no los subestimes y haz trabajos con ellos que los reten y les sirva para la vida real.
    • Batman año 100, de Paul Pope. Me gustó ver un héroe en decadencia. Un Batman viejo, barrigón y que sangra. me gustó mucho.
    • Cómo funciona la música, de David Byrne. Cada vez me gusta más lo que escribe Byrne. Empecé con Diarios de bicicleta y cada vez se pone mejor.
    • Declaración, de Michel Hardt y Tony Negri. Plantea la vida fuera del sistema, ya que somos el endeudado, el mediatizado, el seguritizado y el representado. El bien común como resistencia.
    • Virus tropical de PowerPaola. Anecdótico.
    • Benkos. Los dos números del cómic. Son cuatro, por lo que quedé antojado del resto.
    • Saic, esclavo de las sombras. Cinco números de un cómic colombiano que conseguí al igual que el anterior en la Feria del Libro. Ojalá los chicos de Ave Negra noveno Arte puedan sacar el resto. Es chévere ver cómo se va refinando la historia con cada número.
    • Lo que todavía no sabes sobre el pez hielo, de Efraim Medina Reyes. Había leído todos sus libros anteriores y en este me había demorado. La historia tiene varios giros interesantes, pero no me mató. Es entretenido, pero creo que leí este más por nostalgia.
    • Sin un lugar donde esconderse, de Glenn Greenwald. Sobre las revelaciones de Edward Snowden. Entretenido y muestra cómo Internet está más que chuzado.
    • Sumisión, de Michel Houellebecq. Los atentados de Charlie Hebdo el día de su lanzamiento dan escalofríos. Hay frases bastante fuertes. ¿Será que buscamos la felicidad en la sumisión? Las mujeres aquí ni aparecen.
    • Ética de la razón cordial, de Adela Cortina. Una de sus citas me hizo pensar en los bibliotecarios como interlocutores válidos en discusiones sobre derecho de autor.
    • Contra el fanatismo, de Amos Oz. Escribió que «el que ama no traiciona» en una novela suya. Sin embargo aquí descubrió que «sólo el que ama puede convertirse en traidor». La vida necesita flexibilidad.
    • El arte de sobrevivir, de Arthur Schopenhauer. Aquí publiqué algo sobre el que vive sin examinar su vida y vive en el afán.
    • Tratado sobre la tolerancia, de Voltaire. Me llevó a crear el artículo de este libro en Wikipedia que sorprendentemente no existía. Admiración absoluta a Voltaire. Sus planteamientos no han perdido ni un ápice de vigencia.
    • Narciso y Goldmundo, de Hermann Hesse. ¿Se puede llegar a la sabiduría desde una vida de excesos o desde una vida beata? Mi conclusión es que los dos caminos son válidos.
    • Hotel nómada, de Cess Nooteboom. Así como se aprende a leer y a escribir, también se aprende a vivir y a viajar. Este libro me hizo probar viajar sin tomar una sola foto, sólo hacer dibujos del viaje. La inmediatez de la cámara fotográfica, que ahora cualquier celular tiene, hace que no te fijes en las cosas y no disfrutes los momentos y detalles del viaje.
    • En el enjambre, de Byung-Chul Han. «Hay un diluvio de publicaciones y, sin embargo , nos hallamos en una pausa espiritual». Dejamos de ser ciudadanos y sujetos activos, para convertirnos en consumidores pasivos. Ya no comunicamos nuestros sentimientos, sino que damos un «Me gusta».  El primer libro que empecé a leer en el 2016 es uno del mismo autor.
    • Ausencia de héroe, de Bukowski. Allí encontré algo sobre la prueba de la poesía. Entretenido.
    • Desarrollo y libertad, de Amartya Sen. La perspectiva de la libertad como medio y fin me parece increíble. Publiqué algo sobre el acceso a la información y la democracia.
    • Case studies in library and information science. No aparece en la foto, pero aquí está la portada e influenció esta publicación sobre el código de ética de los bibliotecarios en Colombia que fue bastante comentada.
    • Pulgarcita, de Michel Serres. No aparece porque se lo presté a Leo, pero aquí hay un video sobre el libro.

    A ver si puedo repetir este ejercicio para el otro año. Tampoco quiero que esto se vuelva una carrera por leer, porque corro el riesgo de leer mucho y pensar poco, como decía Ortega Y Gasset en «La misión del bibliotecario». Creo que vale la pena disfrutar cada lectura y detenerse cuanto sea necesario en ellas. Me gustó eso de leer sobre diferentes temas, algunos completamente nuevos, otros ya conocidos.

    ¿Qué libros leíste el último año? ¿Cuáles vas a proponerte leer ahora? ¿Leíste alguno de esta lista? ¿Cuál recomiendas?

  • Prohibición de libros en Argentina en los setentas

    En las notas finales de «Las venas abiertas de América Latina» de Eduardo Galeano, encontré esta cita sobre la prohibición de libros, escrita en 1978:

    En Argentina ya no es necesario prohibir ningún libro por decreto. El nuevo Código Penal sanciona, como siempre, al escritor y al editor de un libro que se considere subversivo. Pero además castiga (más…)

  • Cómo los libros pueden abrir tu mente

    Esta es una charla de TED de menos de 6 minutos, por Lisa Bu. En ella hace referencia a cómo una persona puede acceder a una visión más amplia del mundo a través de los libros. Comparando formas de entender el mundo y traducciones.

    En mis clases discutía con mis estudiantes sobre las fuentes de información que tienen. Algunos decían que veían mucha televisión o videos de Youtube, que tal vez es su equivalente en Internet. Se sentían un poco «vacíos» al dedicar su tiempo a esto. Yo creo que de hecho tienen una fuente cultural más. No creo que ver mucha tv sea un problema en sí mismo, sino que sea tu única fuente de información.

    Lisa en su charla comenta esto: No se quedó con la visión de un único libro sobre un tema específico, sino que exploró otras visiones sobre el mismo tema. Lo que encontró la ayudó a tomar una opinión propia mucho mejor estructurada sobre el mundo.

  • ¿Qué debería conservarse en las bibliotecas y archivos?

    Leyendo el libro «Nadie acabará con los libros» de Umberto Eco y Jean-Claude Carrière encontré un párrafo referente a la memoria, recordarlo todo y lo que debería guardarse u olvidarse.

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    Una cultura que no sabe filtrar lo que recibimos en herencia de los siglos pasados es una cultura que recuerda al personaje inventado por Borges en «Funes, el memorioso», un personaje dotado de la capacidad de recordarlo todo, lo cual es, propiamente, lo contrario a la cultura. La cultura es un cementerio de libros y otros objetos desaparecidos para siempre. Hoy en día, hay estudios sobre ese fenómeno que consiste en renunciar tácitamente a ciertos elementos, en filtrarlos, pues, mientras que otros elementos de esa misma cultura se ponen en el congelador, para el futuro. Los archivos, las bibliotecas, son las celdas frigoríficas en las que almacenamos la memoria, de modo que el espacio cultural no quede completamente ocupado pero, al mismo tiempo, no tengamos que renunciar a lo que un día podría interesarnos. Si lo deseamos, en el futuro siempre podremos volver sobre lo que hemos almacenado.

    (Gracias Claudia Sofía M.)

  • La fuerza del anonimato

    El libro «La fuerza del anonimato. Espai en Blanc: Materiales para la subversión de la vida» del 2009 analiza el disco Kid A de Radiohead bajo el título «El anonimato como pasaje»

    Carátula del libro La fuerza del anonimato

    En este análisis se encuentra el siguiente fragmento, a propósito del excesivo individualismo:

    (…)la libertad máxima es la de volverse una marca. Y así brillar… como una estrella solitaria.

    En una de mis clases recuerdo al profesor Rafael Reyes, que nos decía: «A ustedes se les sale el neoliberalismo con cada palabra». Como si nos hubieran programado tan bien, que no nos diéramos cuenta que defendíamos intereses que realmente no nos pertenecían.

    Recuerdo un intercambio de correos en una lista del trabajo: Alguien creó una cuenta falsa para hacer acusaciones. La respuesta inmediata fue ligar el anonimato con el vandalismo. Es cierto que deben hacerse acusaciones argumentadas por conductos regulares, pero también es cierto que ofrecer estructuras que incluyan el anonimato abre la puerta para que otras dinámicas ocurran con las comunidades.

    Es muy probable que el anonimato desaparezca de internet. Es una lástima, pero cada proveedor de servicios de internet espera registrar quien hace qué y en donde. ¿Seremos capaces de mantener el anonimato en espacios digitales? ¿Te has imaginado cómo sería un mundo sin anonimato? ¿Sería una forma de vida viable?

    Los seres humanos tenemos una parte lógica y racional, pero también una caótica que no necesariamente siempre queremos exhibir. El anonimato ayuda a que de alguna forma esa parte se exprese y mantenernos equilibrados. Pero ¿y si la suprimimos?

  • Un viaje a pie

    Como venía mencionando, me propuse leer un libro semanal por los siguientes 30 días (a partir del pasado 11 de abril). Hace ya una semana inicié con una lectura titulada El ABC del Folklore colombiano, título seleccionado a partir de un registro de audio de Guillermo Abadía Morales, su autor. En este libro menciona a Fernando González y a un viaje que emprendió a sus treinta años, por allá a finales de la década de los 20 del siglo anterior, y que inició en Envigado (Antioquia) y se extendió por distintos poblados del Caldas y Valle del Cauca.

    Viaje a pie

    Fernando González inició su viaje junto con Benjamín Correa, su secretario en el juzgado. La travesía inicia el 28 de diciembre de 1928 y finaliza el 18 de enero de 1929. Durante este viaje y pagina a pagina nos encontramos con distintas situaciones que, al llamar la atención de estos viajeros, abren paso a una serie de reflexiones filosóficas (amateur) sobre el hombre colombiano, sus bondades y sus demonios.

    Hallar este libro me abrió un mundo que había descartado casi del todo, la literatura colombiana. Por fortuna tuve la dicha de obtener éste título de la estantería de la biblioteca en la que trabajo y leer uno de los ejemplares publicados bajo la editorial francesa Le livre libre, adquirido seguramente por el Instituto Colombiano de Cultura Hispánica – ICCH, del cual parte de su colección la conserva la biblioteca del Instituto Colombiano de Antropología e Historia – ICANH.

    Entre otras curiosidades, a media lectura me enteré que leer este libro fue prohibido bajo pecado mortal. Uno de los primeros críticos y promotores de esta prohibición fue el arzobispo de Medellín, monseñor Manuel José Cycedo en 1929, pocos meses después de que este título fuera distribuido en Colombia.

    Este tipo de lecturas y autores me entusiasman y avivan la curiosidad por los autores locales, ya entre los próximos títulos se encuentran un par de libros de autoría nacional, el mencionado ABC del Folklore y una perla perdida que había tratado de adquirir desde hace ya un par de años: Una triste aventura de 14 sabios (1928) de Felix Fuenmayor. Una de las primeras incursiones de la literatura colombiana en la ciencia ficción, rescatada por la editorial bogotana Laguna Libros.

    Para concluir con esta entrada, un último pensamiento. Aunque el viaje de Fernando González duró 20 días, los cuales están plasmados en las páginas del Viaje a pie, se podría pensar en sumarle diez y proponer un nuevo reto de 30 días. Los motivos y los destinos por ahora no interesan, seguro ya vendrán.

    Nota: Más información sobre este autor aquí. Otro texto recomendado por el que me he interesado es su tesis Derecho a no obedecer.

  • Chagall en Rusia

    Como parte de un reto de treinta días me propuse a leer un libro semanal, el primero de éstos títulos que ha llegando a mis manos, y que he terminado en en buenos tiempos, es obra del francés Joann Sfar. Chagall en Rusia.  A Sfar lo conocí por su trabajo en la dirección de la película Serge Gainsbourg (Vida de un héroe) por lo cual no dudé en ojear el libro de inicio a fin. 

    Esta vez encuentro a Sfar detrás de otra biografía, un poco más «libre» que la de Gainsbourg, pero a pesar de no estar aferrada a hechos ciento por ciento ciertos, anima el interés por la obra del pintor Marc Chagall.

    Chagall en rusia
    Chagall en rusia

    En este título, Sfar ilustra, a través de un guión en donde involucra al pintor, distintos aspectos recurrentes en la obra de Chagall. Como parte del reto fue un agradable improvisto iniciar con este libro el cual recomiendo y agradezco el hecho de haberlo prestado tan amablemente a la colega Suricatem. No siendo más… un vídeo