Una película de Asghar Farhadi del 2011. Plantea dilemas sobre la culpabilidad de un hombre en un homicidio, la angustia de tener que velar por un familiar que perdió la memoria y una separación que desencadena todos los problemas. Una película de detectives sin detectives.
Esta es mi escena favorita de Reservoir Dogs, porque creo que condensa muy bien una gran cantidad de los ingredientes de las películas de Tarantino: Música un poco vieja (En esta escena suena «Stuck in the Middle with You» de Stealers Wheel), una coreografía, un ritmo pausado, un salto a la vida cotidiana (cuando Mr Blonde sale por gasolina), muchísima violencia y un sentido del humor bastante negro. No pude evitar reírme un poco cuando le habla a la oreja y luego pensar «pero si me río de algo salvaje»… aquí va:
Mucha gente nunca ha salido de su país, lo cual es una verdadera lástima. Montaigne decía que «viajar era otra forma de leer el mundo». ¿Qué hay de aquellos que no sólo viajan fuera de su país, sino que llegan a lugares cuya cultura, lenguaje y costumbres son tan distintas al país de origen?
Me recordó bastante mi viaje a Suecia, donde conoces gente que posiblemente no tienen los mismos patrones culturales con los que tu creciste. ¿Cuántos de estos suecos habrán visto el Chavo del 8? me preguntaba. ¿Me verán como un visitante exótico o como un inmigrante indeseable?
«Guten Tag, Ramón» explora esta situación, en momentos de forma algo increíble, incluso para una película, pero no por eso deja de ser divertida. El choque cultural, los puntos en común a pesar de las fronteras y una mirada al lado cálido de los humanos son algunos de los ingredientes de esta película. Una muy interesante historia que no necesita de efectos visuales para sorprender.
¿Cuántas veces te animaste a salir sin un rumbo fijo?
Brian Knappenberge es el director del documental «The Internet’s Own Boy: The Story of Aaron Swartz». Financió este proyecto mediante Kickstarter. Aaron Swartz fue el joven que se suicidó a los 26 años y enfrentaba cargos por 4 millones de dólares en multas y más de 50 años de prisión por delitos informáticos. También fue incluido en el Salón de la Fama de Internet en 2013.
Al final de la película hay una parca dedicatoria: «A mis hijos». Resulta mucho más dura está dedicatoria conociendo la realidad de la gente que vive una vida tan dura. Una doctora es testigo de primera mano del dolor de una familia palestina, que tienen la amargura (nacional) de ser expulsados de sus propias tierras.
Este tipo de películas te hacen olvidar la esperanza. Ver cómo puede llevarse la burocracia al extremo y olvidar que el otro es un ser humano, a pesar de las diferencias que pueden existir es algo muy común y que fácilmente puede hacerte pensar en la salida fácil: la violencia. Es una película que atrapa, que te desajusta, pero te hace pensar en la situación de miles de palestinos e israelíes.
Esta película del 2010 fue escrita y dirigida por Denis Villeneuve y adaptada del teatro de la obra de Wajdi Mouawad. Acá su sitio web oficial y el artículo en Wikipedia.
Fuertísima, como el trago más amargo que hayas probado en tu vida, pero suavizado por las mieles del amor de las madres. Es una de esas películas que no te puedes perder.
Gracias infinitas a Tangersoto, a pesar de la trampa que me tendió en su cumple.
¿Qué pasaría si toda nuestra vida fuera una actuación? ¿Qué sería real y qué no? Esta es la exploración que hace Léos Carax, quien representa él mismo el acto de crear películas desde su misma película, apareciendo en las primeras escenas de Holy Motors.
Entre los personajes que interpreta Óscar (Denis Lavant) se encuentra Merde, quien antes había aparecido en la película Tokyo!. Esto me hace pensar en la cantidad de personajes que pudieron haber sido recopilados de otros trabajos de Carax.
La película de Pablo Larraín, protagonizada por Gael García Bernal narra la historia de la campaña publicitaria que desembocó en el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. La esencia: el humor y la creatividad como arma política.
La película parece grabada como un documental, con cámaras al hombro y una tímida banda sonora que aparece con fuerza en las escenas finales. El silencio y el sonido del ambiente contrastan con la pegajosa canción cuyo coro dice «Chile, la alegría ya viene».
Es la película más hermosa y sangrienta que me he visto. La película transcurre entre discursos políticos de confianza económica, pronunciados por George W. Bush y Barack Obama.
¿Estos tipos me hablan de vivir en comunidad? No me hagas reír. Vivo en América y en América vas por tu cuenta. América no es un país, es sólo un negocio. Así que jódete y págame